DOLOR
Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
César Vallejo
Poeta peruano nacido en Santiago de Chuco en 1892.
La mezcla de su sangre india y gallega produjo en él un resultado exorbitante, le infundió una inquietud
agónica y creó en su espíritu la típica psicología del fugitivo.
Su vida, por eso, fue una muerte lenta, que él sentía caminarle por las venas hasta el punto de presentirla
prematuramente. Para escapar a las persecuciones de que fue víctima en el Perú, real o imaginariamente,
se marchó a Europa, recorriendo Francia, Rusia y España, en un esfuerzo inaudito por sobrevivir.
Publicó en 1918 «Los Heraldos Negros» y «Trilce» en 1922.
«España, aparta de mí este cáliz» y «Poemas Humanos» , fueron publicados en 1939, después de su muerte.
Después de una vida de estrecheces económicas y tras una larga enfermedad, murió en Paris en 1938.
AMOR YA NO VUELVES A MIS OJOS MUERTOS! y cuál mi idealista corazón te llora. Mis cálices todos aguardan abiertos tus hostias de otoño y vinos de aurora. Amor, cruz divina, riega mis desiertos con tu sangre de astros que sueña y que llora. Amor, ya no vuelves a mis ojos muertos que temen y ansían tu llanto de auroral Amor, no te quiero cuando estás distante rifado en afeites de alegre bacante, o en frágil y chata facción de mujer. Amor, ven sin carne, de un Icor que asombre; y que yo, a manera de Dios, sea el hombre que ama y engendra sin sensual placer! |
Son considerados poetas negros por el tratamiento que le dan a sus escritos, son enfermos de vida, no encuentran acomodo en este mundo, pero tienen una gran capacidad para percibir el arte, en este caso se puede decir que es una corriente en donde los poetas perciben los sentimientos de amor en su cruda realidad, en muchas ocasiones dan a conocer el dolor, la angustia la tristeza la muerte el desamor como fuentes de inspiración, como su nombre lo dice sus poemas suelen ser grises y sombríos.